Hoy finalizamos el relato de José Luis, un trabajador de Ayuda en Acción que visitó Marrucuene y tuvo la oportunidad de convivir con la comunidad durante 2 semanas. Durante este tiempo pudo compartir con las familias sus esperanzas de cambio y su voluntad por construir un futuro digno para todos y todas.
«A nuestro alrededor se extiende una densa sabana que no deja ver más que los primeros árboles. Se pueden distinguir las casas más próximas, hechas de cañizo con el tejado de paja en forma de cono. Por algún camino aparecen y desaparecen niños jugando con juguetes de fabricación casera, hombres con azadones o mujeres con grandes recipientes de agua en la cabeza.